18.12.05

Alicia y su país de las maravillas

Muchas son las veces en las que he intentado meterme en la piel de mi hermana y comprender qué se siente cuando eres la niña malita de la familia. La que nació con problemas, la que no comía bien, la que comenzó a andar con dos años, la que siempre tiene una cita al mes con el médico, a veces dos, por la que mi madre tiene que pedir permisos en el trabajo, por la que había que ir cada tres meses a revisión a Sevilla, la que siempre tenía recetas que pedir al de cabecera...
Pero es también la más mimada, para la que se le tiene un trato especial, es conformista, acomodada con la situación, inmadura para sus veinte años, ajena de tantas cosas en su "mundo" de maravillas, mala estudiante, desordenada, no caprichosa pero a veces demasiado materialista.La he criticado a sus espaldas, en su cara, delante de más gente... me exaspera su actitud, su estatismo frente a decisiones, su falta de independencia para emprender acciones personales... Somos demasiado diferentes.
Aunque gran parte de la culpa la tienen mis padres por la sobreprotección, y la otra parte ella por dejarse siendo ya consciente de ello... hoy no quiero buscar culpables. Hoy solo quiero que se ponga buena, que mañana la operación le mate esa puta infección, que el sábado esté conmigo en mi salón, discutiendo sobre si poner la mesa de nochebuena de esta forma o la otra, riñendole para que no coma tanto, maquillándonos después para salir y escondiéndole la barra de labios que más me gusta para que no se la lleve en el bolso. Quiero que no haya más curas, ni que mi madre tenga que comprar en el moro de abajo una caja especial para meter "las medicinas de Ali". No quiero ver llorar más a mi madre por lo mismo. No quiero verla llorar de impotencia, ni aguantarle la mano mientras soporta el dolor. No quiero!
En momentos así, me culpo por no haber estado nunca ingresada en un hospital y ella tanto. Me culpo por haberle echo llorar alguna vez cuando no he soportado su actitud conformista, su vagueza, su estilo de vida, chocante con el mío... Me culpo de discutir tanto y tanto con ella mientras veo la tele, y ayer echarla tanto de menos y apagar el televisor. Me culpo porque me dé coraje que me copie en muchos de mis gustos o mi personalidad, me culpo por verlo como carencias, cuando hoy me doy cuenta que es admiración.
Y aunque yo en el fondo confio en que todo esto pase, sé que volveré a pelearme con ella por mil cosas más, sólo espero ser cada vez más consciente de qué telón de fondo tiene todo esto y no llegar a que mis palabras lleguen a herirla. Porque son muchas sus heridas, y pocas las que le cicatrizan. De veras Ali, que me cambiaría sin pensarlo por ti.

1 comentario:

Bito dijo...

Joder tia... acabas de dejarme boquiabierto... y no sé que decirte. Te diría que usted no debe de culparse porque nadie es responsable de sus problemas de salud, que los problemas entre hermanos no solo son normales sino necesarios, que el amor entre usted y su hermana va implicito incluso en las malas contestaciones, que ella eso lo sabe, y jamás lo duda. Pero me quedo en silencio y no sé que decirte, así que simplemente te ofrecería mi mano para sentarme en silencio contigo un rato.