25.11.05

Letras para mis oidos

Pocas veces lo he dicho, y me he guardado las ganas. Me encanta leer las letras de las canciones. En muchas ocasiones clavan sentimientos, situaciones, historias... Las uso como regalo a amigos (con su música), como frases apuntadas en una servilleta si la escucho en un bar, las memorizo y pongo fragmentos en mi messenger, como título a una noche, como reflejo de una época...
Así que dejo aquí una. Porque dice más de mi que lo que yo pueda ahora escribir. Porque está ahi para algo y porque me gusta compartirla.
A ver si sabeis de quien es... (no vale mirar en el google)
...Prefiero salir a ganar, a quitarme de en medio
hoy prefiero empezar a pensar que me quedo de paso
asustado de ser lo contrario de lo que soñé
con las manos manchadas de barrio
con el gesto cansado,
de tanto que lo intenté.
Y yo sin decir nada, con hambre de pecado
cantando de garganta y con la posibilidad de conseguir hacerte daño.
Y tu sin decir nada, sin ganas de verano
con ansia de revancha y con la posibilidad de que me estés envenenando.
Hoy prefieres hablar por hablar, yo prefiero el silencio
menos mal que a la larga callar me mantuvo despierto
encantado de ser lo contrario de lo que soñé,
la guitarra debajo del brazo y sangrando los dedos
de tanto que lo intenté.
Y yo sin decir nada…
Hago un estudio de la situación sin reparar en gastos
hago un esfuerzo para estar mejor y no me pidas tanto, no...

21.11.05

Cápsulas de tiempo invivido

Un duende sube el volúmen. Comienza a sonar... "Both Side Now" de Joni Mitchell.
Tardan los semáforos la media de minuto y diez en cambiarse de verde a ámbar, para finalizar colorados. De pequeña solía pisar solo las franjas blancas del paso... pensaba.
De frente, tú. Sonries. Sigo mirando el asfalto del camino, decorado con el vaho que sale de mi boca por el frío. Mis manos en los bolsillos. Echas un paso atrás, como queriendo prolongar mi llegada a ti. Y yo alzo la vista, y te veo. Me paralizan tus ojos. Saco una mano y me recoloco el gorro de lana hacia delante, dejando al descubierto algunos mechones de mi flequillo. No sé si sonreir, pero presiento que mis ojos reciben con mayor fuerza el frío y no se resisten a parecer cristalinos. Vaga forma de justificar la emoción. Me paro frente a él. Reimos. El abrazo llega a los segundos, torpe, impreciso pero cálido. Y su olor me invade. Y mi olor le hace cerrar los ojos. Seguimos mirándonos con la torpe sonrisa en los labios resecos del invierno, ansiosos los unos de los otros. Nadie dice nada. El semáforo vuelve a dar pauta a un sinfin de ruidos de motos y coches que hasta ese momento no habíamos oido. Y de repente todo eso nos molesta, él habla por fin:
- ¿Has desayunado?
- Esperaba hacerlo contigo-contesto.
Hacia tres años que no nos veíamos. Absolutamente nada haría presagiar este reencuentro. Nada. Y a las 8.37 tomabamos café y colacao en la mesa más lejana del bar dos calles más abajo de donde nos encontramos. Hablamos de todo: qué hacía allí, cuanto tiempo hacia que vivía allí, de su nuevo trabajo, del Madrid, de los carnavales, del hotel, del verano, de nuestros coches, de las juergas, de mi pelo, de mis nuevas gafas, de su hermana, de la mía, de los emails mandados, de los que no llegaron, de porqué no respondió, de su exnovia, de mis relaciones pasadas... Y cuando apenas estaban al día de sus alejadas vidas, hablaron de lo que quedaba del día: de donde almorzarían, de donde comprar un flexo para mi estudio, de qué metros coger para no dar tantos rodeos hasta el centro comercial, de si podíamos ir a comernos un brownie al sitio aquel de aquella vez, de donde me llevaría a cenar y dónde dormiríamos ("en mi casa", me dijo y sonrió)...
Salimos de la cafetería y mientras me colocaba él mismo la bufanda y me cogía la mano y me la metía en su bolsillo, cruzabamos el semáforo que acababa de ponerse en rojo pasión.
Al minuto y diez, los coches volvían a proseguir su camino, acelerando, pitando al de delante que no ha visto el verde. La vida seguía exactamente igual para ellos que antes de parar.
Para ellos.

Evidencias evidentes

- Beber y llorar para darte cuenta de que algo no anda demasiado bien.
- Mi movil con el silenciador conectado y sin cambiarlo desde hace más de un mes. Ah! y con casi la misma cantidad de dinero...
- Que en una noche me digan en tres ocasiones lo fría y cortante que soy.
- Que me guste tanto una canción en el coche que tenga en el mismo cd tres versiones de la misma y de ahi que solo escuche la pista 1,11 y 13.
- Que mi inseguridad se desborde y ocupe terrenos donde no debería nunca traspasar.
- Que reconozca sentirme mejor pero que siga sin saber como acabar con determinados fantasmas.
- Que aún me duela.
- Que tenga insomnio por no saber que hacer con mi futuro más inmediato.
- Que busque fuerza en un libro, el "Confessions..." de Madonna y el chicle Orbit de menta extra.
- Que se me amontonen palabras y me salgan a borbotones en los momentos más impuntuales.
- Que llegue a plantearme si sé o no sé recibir bien una crítica a estas alturas.
- Que me cabree con alguien injustamente porque haga unos planes en los que no puedo entrar por compromisos personales y profesionales.
- Que siga viendo reflejada mi historia en algunos episodios cotidianos.

Definitivamente no hay sigo una buena semana. Pero finalizó.
Llegó otro lunes.

13.11.05

Cuentos nunca contados


La cicatriz en su labio superior, que llené de besos y caricias en la madrugada de un camping inesperado, compartiendo caseta para dos, y tu declaración.
Habrán pasado cinco años y hoy una canción me ha traido tu recuerdo. Caminabamos despacio por Aranjuez, y yo sentía por dentro que todo tenía melodía, que sonaba Rodrigo de fondo, y tú y yo dándonos y devolviéndonos miradas entre una sala y otra mientras duraba la visita. Eso pasó un mes antes del camping, pero ya allí mismo te sentía, el calor de tus manos nerviosas atravesando de arriba a abajo mi espalda... En Aranjuez, a sólo medio metro de mi, te sentía tan adentro... En aquel momento, me querías como tu princesa y yo, yo era prisionera de otro.
La visita se alargaba, tu mirada me estremecía, tanto que me asfixiaba guardar las formas, la sonrisa se me salía por los cuatro costados, el Salón de los espejos me repetían tus ojos negros, tan negros como profundos, todos ellos iban a mí, a mí, y me rompían de deseo hacia tí. Y mi inocencia, mis malditos prejuicios, los tuyos, los de ambos que conjugados no daban más que torpezas, y tu voz "Ven". Y allí, donde la marquesina de los balcones forrados de telas isabelinas parecía dar una semioscuridad, me intentaste coger la mano, primero rozándome el codo con tus dedos, luego bajando tu mano hacia la mía que se entrelazaron torpemente, como pretendiendo fundirse, apretandose por décimas de segundos, después se soltaron. Te retiraste de mi espalda, y seguiste la visita. Y yo me recomponía cuan presa y sofocada por la pasión contenida, sintiéndose Juana la loca cuando vió por primera vez a su esposo el Hermoso el día de sus nupcias, sintiéndose dichosa, princesa dichosa.

Ha pasado tanto tiempo Charli que casi no reconozco esa forma de actuar contigo. El cambio de esa niña que no quería ir en contra de ninguna ley (la fidelidad ficticia) y que pensaba que los palacios solo tenían vida en los cuentos y las peliculas de hollywood, y de repente verme hoy, dispuesta a ir en contra de cualquier regla que genera prejuicios estúpidos, normas de comportamiento absurdas, autenticas formas de contención, reminiscencias inquisidoras hacia brujas y rameras de antaño...

Esto no es más que... mostrar cuánto me llena de rabia darme cuenta todo lo que me contuve contigo, de cuánto malgaste en pensar en el tal y cual, sin disfrutar lo que tenía delante, sea el detalle que fuese, por diminuto y más preciado que pareciese, tus labios gruesos, carnosos, que querían absorverme, y yo con la mente en otra parte. Siempre suelen contestar eso de que no hay que arrepentirse de nada del pasado. Pero cuando uno mira atrás con nostalgia, esconde el deseo de haber querido cambiar aunque sea una pequeña parte, o una grandísima parte.
Esto no es más que... darme cuenta de cómo te hice daño, y de lo mucho que me gustaría hoy saber dónde estás para decirtelo así sin más. No es una declaración de intenciones lo que te expondría, sino mi más sincero reconocimiento de que fui yo quién jodió el cuento de la princesa comprometida, el príncipe de la cicatriz en el labio y el palacio de Aranjuez.

12.11.05

Sin Equipaje

Necesito salir de aquí... No sé como decirlo ya!

Irlanda? Madrid? Sevilla? Salamanca?

¿De qué huyo?¿A qué me dirijo?

¿Es el momento?


8.11.05

De camino

Me he preguntado muchas mañanas cuántas personas de éstas que te cruzas para ir al trabajo o a clase, detendrá sus pensamientos y pensará en ti, invadido por una espontánea y terrible necesidad de saber quién eres, a qué te dedicas, a dónde te diriges, cual será tu nombre, si estas comenzando bien el día, si te encuentras triste... Te chequea en cuestión de segundos, según tu forma de vestir, la manera de mirar al suelo, si te encuentras distraído o estás fijamente observando a alguien en la otra acera que no se percata de tu vigía. También por los andares, por la forma de atusarte el pelo, la manera disimulada de recolocar las líneas de la falda en su posición correcta, o si frunces el ceño porque los zapatos te molestan.
Me pregunto si alguien lo hará conmigo como yo lo hago tanto al día, casí sin querer, como un ejercicio práctico y vital para hacer más ameno el camino de mi casa al hotel y del hotel a mi casa que realizo unas cuatro veces diarias. Y hoy me detuve en ella en especial, porque iba exageradamente maquillada, porque se le ceñia tanto la blusa que se le formaban ochos en el pecho y la tripa, porque la conocía de vista, de años atrás, cuando trabajaba en la copistería que tanto frecuentaba con mi amiga Lourdes porque estabamos enamoradas del dueño. Él siempre estaba allí, a veces parecía que supervisaba todo lo que ella cada mañana iba haciendo mejor... hasta que la relación profesional que mantuvieron pasó a ser personal, y Lourdes y yo a odiarla a muerte y ponerla a parir cada vez que la veíamos. La realidad es que hacían una pareja perfecta, jóvenes y guapos, con trabajo, simpáticos (aunque me pesaba reconocerlo, la chica tenía don de gentes)... Y como lo suyo precisamente no era pasar desapercibidos, y menos a raíz de la morbosa relacion que tuvieron, tampoco me sorprendí mucho cuando la ví embarazada, y un año después ver colgada una foto plastificada a tamaño poster de su hijo, como una especie de prueba evidente de su amor, de su consolidación como la pareja del año, del lustro, del siglo que apenas estaba acabando...
Han pasado unos años ya. Ayer se me cruzó en el semáforo con el niño de la mano llevándolo para el cole, y hoy sé que el destino definitivo no era dejarlo en la puerta sino en manos de su padre, que lo montaba en moto y partían dirección centro. Hacen unos años que se separaron, él esta hecho un putero, ella tiene un nuevo trabajo en el periódico local y está liada con su nuevo jefe. Podreis pensar todo lo que queraís, podeis sacar más miga que el tomate a esta historia... pero en los días que llevo viéndola, la he "escaneado" y he creado mi historia en base a los datos reales que sé... Sólo me faltó ver su mirada hacia él cuando le daba al niño para darme cuenta de que ese excesivo maquillaje que la ha hecho madrugar quince minutos antes, la ropa ceñida y los andares felinos que le daban esas botas en punta de alto tacón sólo intentaban mostrarle a él lo que por su parte se estaba perdiendo, de que aún no le ha olvidado, de que por mucha camas en las que pudiera caer, ninguna será como ella, ninguno será como él... seguirán dándose cuenta de que, siguen siendo la 'pareja perfecta', sin ser pareja, aunque pase el tiempo, y su única conversación sea decidir a qué hora recoge al chico para llevarlo al colegio.

3.11.05

Pan con queso

70gr. de queso Payoyo
1 rebanada de pan de molde
1 pizca de habilidad
1 horno
El título no viene a reflejar nada de lo que aquí vaya ahora a comentarse, estoy cenando mientras escribo, estoy cabreada mientras escribo, me surgen mil maneras de expresarme y de nuevo la sombra o el miedo a no saber si sabré explicarme bien,aunque la esquivo:ahora mismo no me importa. Me la suda si nadie me entiende, es más, en otra ocasión, me intentaría justificar ante determinadas acciones a más de uno/a que pueda leer esto.
En una parte de mi, de esas recónditas partes que tenemos, escudriñadas bajo mil capas de dermis... un fondito (porque todos tenemos fondo!) donde creí algo, donde una semillita de esperanza aguardaba sin más pretensión que lo que ella en sí era. A tomar por culo todo! porque me cansé de agachar la mirada, de bajar lentamente mis largas pestañas, de que el cuento fuera cuento, sin finales, y ahora empiezo a entender que sin principios. Te rezuma la miseria por los cuatro costados...
Y sumamos la indecisión en momentos puntuales de este día, con tres tarjetas de visita en una mano, dos email por contestar y un disquette al que me permiten ponerle mi nombre y mi departamento. Tuve que parar en seco en una de las tripas del hotel, en la semioscuridad de una lámpara halógena que timbreaba y la intensidad de la rozadura que me hacía el zapato derecho. Y respiré, y con el nudillo de una mano bloqueaba a unas lágrimas, quienes eran ellas para boicotear mi maquillaje!! (Y quién era él para...!!! NADIE, nunca fue, NADIE).
Acabo mi jornada, abro la puerta de personal... ¡que pronto oscurece ya joder! Pero... cómo suena el mar, cómo suena el mar... y caminando hacia casa mi enfado ni acrecienta, ni aminora, pero no me importaba seguir así.
Llegó aquí, el mensaje de Bito, el email de Inma, una beca para un curso aceptada, mi habitación con aires nuevos y me digo... ¡q coño!la vida no me va tan mal... A veces pienso que en días así, solo hay que tener el coraje suficiente para desviar pensamientos y torear acciones (siempre que se pueda, claro está).
... Y lo rico que está el pan con queso!???