24.10.05

Desvio



...Y de lo bueno que es correr y correr cuando no sabes dónde poner el culo.

Pero sigo en el mismo sitio. Y esto me asfixia, me asfixia más que antes, más que cuando creí que no podía ir a más. Cuando más controlado pensé que lo tenía, cuando los medios se hacen más seguro, cuando la gente a mi alrededor cree que estoy atando lazos, cuando parece que llevo la casa ya casi por el tejado, me urge salir de aquí, de perderme, de olvidarme del camino que sigo, coger un desvio a ninguna parte, dejar migas de pan para la vuelta, me da igual si las hormigas hacen de las suyas... pero este estatismo, esta perenne situación, muchos rodeos para acabar igual, ver una luz, pero no saber aguantar hasta que llegue el final. La paciencia ha sido mi gran consejera, apoyó una mano en mi hombro en los malos momentos, me levanto la cabeza despacito y me susurró palabras de aliento. Y ahora, solo quiero... correr, no a la meta, sino correr hacia donde nadie pueda alcanzarme.
Tengo la sensación que aquello que estoy siguiendo, tiene otro rostro, otra salida, buena o mala no sé, pero no será lo que buscaba. Y me asusta equivocarme, no quiero andar hacia atrás, pero si haría un desvio. Sí, un desvio, donde el Tiempo no cuente, donde los recuerdos no duelan, donde el miedo me tema, y poder ser más yo. Solo un poquito de más yo.

A Bito, porque desde lo que me dijiste el otro día, no paro de dar vueltas con albonoz y aún chanclas de verano por la casa. Sigo aquí.

22.10.05

Apatía

Hace dos semanas estaba escribiendo un post sobre la cama para el juego de Bito, cuando el pitorrito del internete de salio y me jodio la conexion no pudiendolo enviar, mi reacción institiva, torpe y dramática para al asunto fue darle al boton de "atrás" eliminando el cuento, ni boton de actualizar ni mierdas, en algún agujero de este universo de telecomunicaciones andará mi historia, la de Manuel Cifuentes y Rosa Lampida, dos bailarines que usaban con desparpajo el movimiento de sus cuerpos para decirse cuánto se amaban, pero cobardes para declararselo frente a frente... y el tiempo seguía y los bailes continuaban, y tocaban nuevos cuerpos y su amor iba a la deriva... Esa era mi historia Bito, siendo no haber podido participar esta vez en el juego, aunque intención tenía pero "fallos técnicos" me impidieron publicar. Esto puede ponerme en clara definición de "flojeras", porque podría haber vuelto a escribir la historia y no tener que justificarme tanto como lo estoy haciendo ahora, pero... me dio tanto coraje que era incapaz de volver a ponerme a escribir. Y si a esto le sumamos mi apatía última por escribir post... Imaginad.
Pues si, estoy de vacas flacas, sin inspiración, con apatía por soltar tantas cosas que podría soltar pero que un nudo marinero llena mi garganta y me impide decirlo tal cual. Todo lo veo soso, insípido, carente de sentido...y me harto de leer en los blogs que usualmente visito, y me encantaría contestar la mayoría de las veces, pero es como si mis dedos, en el momento de posarse sobre el teclado, se quedaran sin tinta.
Supongo que a más de uno le habrá pasado a veces.
Y nada. Hoy escribo esta especie de justificación, no sé ni cómo llamarla... por si algún duende de estos de los internete le da por borrar mi blog de no escribir.
Saludos.
Volveré.

3.10.05

Nuevos retos




Mañana se hará evidente el cambio de tuerca que procesa mi vida. Cuando aún tan siquiera he abrazado el título de licenciada (los papeles están tramitándose), me cuelgo un nuevo "disfraz": un traje-chaqueta muy femenino, zapatos de alto tacón, bolso de marcado caracter urbano, discreto suéter, pelo cuidadosamente arreglado, maquillaje natural, un poco de más brillo en los labios... Mañana seré la chica en practicas del departamento comercial de uno de los mejores hoteles de mi ciudad. Es mi nuevo trabajo (no remunerado), es un nuevo reto por conseguir, una nueva puerta que abro, un camino por el que aposté y al que ahora accedo para darme a valer, para demostrarme una vez más que puedo con todo lo que me proponga y para darle razón a mis corazonadas, a mi intuitivo olfato de mujer...

Y el resto ahora no me importa. No porque deba interesarme más esto y deba centrarme en ello, sino es que por primera vez me doy cuenta que lo que tengo entre manos es algo mucho más importante en mi vida y que el resto... ese resto, y ese otro patetico resto, puede esperar, y si se impacienta, que tome el primer bus y regrese a su casa.
Almudena está encontrando su sitio.