31.7.05

Brigada Anti-Vicio

"Es un buen momento para dejar de fumar"... me dije el jueves.
Es domingo. He superado dos noches de curro donde entre que pones mil copas, cobras mil cuentas de alcohol, deleitas con galletitas saladas y chocolatinas a los clientes "vip's", observas el trapicheo del personal, las miradas con palabras de enamorados, haces de psicóloga, compañera de trabajo, de mujer soberbia para no tener que aguantar a pesados, consejera instantánea, cortadora perfeccionista de limones cuyo ángulo se aproxime a 180º y su grosor sea lo suficientemente deslizante para que quepa entre el vaso y el hielo... mientras ocurre todo eso, van sobrando minutos entre una tarea y otra en los que podría haberme encendido un cigarro, dar la primera calada y mirar al mar. Pensar en ti. Es una estampa cotidiana que podía repetir unas siete, ocho o diez veces en la noche. Eso fue la semana pasada.
Pasado el finde, habiendo aguantado esas dos noches, con dos claros momentos de tensión y con la gran tentación que supone tener una máquina de tabaco de la que puedo abrir y disponer cuántas veces quiera... Considerando que he dado un costoso paso, aunque pequeño para lo que me queda por andar... me dispongo a seguir sin fumar por más tiempo. Hasta que se me olvide como se enciende un cigarro. Hasta que lo de mirar al mar y pensarte, sea agua pasada.

26.7.05

Nightology

Historias clonadas,
miradas inseguras.
Caricias de alquiler, labios que buscan besos, besos que una boca recoge. Boca que pronuncia palabras a las que mis oidos se hacen sordos, la insistencia hace que las crea. Una vez más, que le crea. Ingenuidad en estado puro.
Proyectar ilusiones que tal como nacen, mueren.
Cuatro horas de sentimientos incalificables, controvertidos como tantos, pasionales, divertidos, sinceros bajo el velo del engaño, entre paredes de humo, de música house y cócteles explosivos.
Me pide que no le aparte la mirada, que quiere sentir la fuerza de mis ojos en los tuyos. Y yo así lo hago. Y media hora sale por la puerta, por el portal, de mi vida. Y todo sigue igual. Todo.


["No olvides nunca lo maravillosa que eres como mujer"]

25.7.05

La cena de las idiotas

El "insulto", con el mayor cariño. Incluso me autocalifico, puesto que también soy invitada, bueno, más bien, soy la anfitrina. Idiotas porque a veces somos demasiado tontas, porque nos dan cada palo... pero hay que saber reirse de determinados sucesos que ocurren en este día a día, porque no hay nadie mejor que nosotros mismos para hacer una parodía de nuestras situaciones.
El número de comensales: dos. Podría parecer romántico hasta la pata de la mesa, pero no va por ahí los tiros.
El Motivo: ¿hace falta motivo para aquellos que nos gusta invitar a nuestros amigos a cenar?En mi caso, siempre es un placer. Pero también lo hago por: el mediocarnet de coche de Inma, por celebrar la mitad casi de este patético verano para mi, no tanto para ella; porque teníamos que buscar una celebración para brindar con un vino recién descubierto, porque estoy sola en casa, por la soledad, por las compañías nocturnas, porque las noches pueden ser más amargas, pero a veces también más divertidas, porque a mi no me salieron los planes, porque ella tiene planes nuevos (uno de ellos muy atractivo)... Motivo puede ser también el hecho de que siempre tenemos una excusa para brindar, ya sea por algo tan simple y enorme como nuestra amistad, además de que siempre habrá algo que criticar (somos mujeres! que se puede esperar)... Porque tenemos futuros inciertos, porque nos sangra el corazón algunas veces y qué mejor que echarle un chorrito de vino por encima, porque deberíamos ser más en la mesa, pero no echaremos a nadie en falta.
El Menú: dos entremeses radicalmente opuestos, no en sabores, sí en tradiciones: unas gambitas regadas con vinito de mi tierra, en su nueva variante semidulce... y de fondo unos nachos con mezcla de tres quesos fundido (no es que sea algo exquisitamente culinario, pero nos derretimos en los mexicanos por comerlos). Y como plato principal secreto ibérico con salsa de champiñones y almendras, acompañadas de cebollas confitadas al aroma de bacon. La receta me la he inventado mientras iba por los largos corredores del supermercado.
El postre lo trae ella, supongo que helado (nuestro fiel aliado). Y la penúltima copa nos la tomaremos en la calle.
Datos adjuntos: colgaría después la foto del banquete, pero la cámara la tienen mis padres diambulando en su viaje por tierras valencianas. Así que... sí me creeis y teneís imaginación, lo habríais visualizado todo. Y a los más comilones, les guardaré un poquito.
De telón de fondo: dos amigas normales y corrientes, que intentan darle un toque dulzón a la amarga, a ratos, vida.

17.7.05

El E-mail

Cuánto tiempo pude llevarme ayer... unos cincuenta minutos?pasó de una hora?... componiendo un email sin "bandeja de salida", guardado como borrador, lleno de tachaduras, de frases que se borran con solo apretar un botón incesamente. Iba dirigido a ti, y tenía la intención de mandarlo. Son apenas tres párrafos de unas tres o cuatro líneas cada uno; divididos en temáticas distintas, pero todas con un fin común: que me respondas. Intentando ser firme, pero que no te parezca tosca ni fría ni enfadada ni despechada ni dolida ni rencorosa...(ni que se note lo que aún siento, sino todo lo contrario) , adornando con un "jeje" para que tu sorpresa al recibirlo se apacigüe con una leve nota de humor que tanto decías que me caracterizaba... Pero al mismo tiempo, sincera, abrumadoramente sincera, que mi verdad te llegue, te de un latigazo por los cuatro costados y te ponga la cara roja por saber demostrarte lo que tú no supiste hacer en su momento. El orgullo me ha impedido escribirlo antes. Tu orgullo en cambio ni siquiera se tomaría la molestia de ser honesto y reconocer que hay que saber ceder alguna vez en la vida. Por supuesto, no te digo todo lo que podría decirte, y me callo cosas que sé que ya nunca saldrán ni por mi boca, ni por mis dedos. Pero el solo hecho de hacerte la pregunta del millón, pegarlo en un email que llegue a enviarse y que logres captar mi mensaje y respondas... sea todo lo que busque.
Pero ayer, cuando acabe de escribirlo, cuando "lo guarde como...", volví a leerlo, y entendí que ya ni tan siquiera eso pueda tener sentido.
Me arme de valor para dirigirte las palabras que meses atrás han salido como lágrimas... les puse nombre y apellidos. Pero soy incapaz de enviartelo.
(Si supieras leer entre líneas...)

12.7.05

Free-time

Puede parecer que llevo tiempo sin escribir, pero el caso es que he escrito cuatro post y los cuatro los he borrado. No consigo saber expresar como me siento, la maraña con los días se hace más grande y se me atraganta como un bola en la garganta. No estoy aguantando nada, porque cuando he querido llorar, he llorado y lo he hecho mucho en estos días. Me siento como los poetas sin musa, como los cantautores sin servilletas de papel en un bar, como un culto inglés del siglo XIX sin máquina de escribir... me falta inspiración, me faltan tantas y tantas cosas... Y tengo mucho tiempo libre, y estoy a falta de ideas de como aprovecharlo, y darme cuenta de que pierdo minutos, horas, tardes enteras, me asquea, me odio a mi misma por estar asi; pero esto es un círculo vital que se me repite como el ajo, cuando menos hago, menos quiero hacer. Caigo en los primeros vicios que me alcanzan: el tabaco, el alcohol, la tele y el movil. Y me odio aún más por estar tan insípida, por no reconocerme ni yo misma, por seguir enchufada al ventilador y clavada con puntillas en un sofá. Me odio porque en cada "pause" de este estado, te sigo echando patéticamente de menos, porque me pregunto donde estarás y qué estarás haciendo, porque te imagino andando por esas secas calles que nunca conducen al mar, porque sigues estando aquí, y eso es tristísimo, tan triste... que me quita las ganas de ser yo.

3.7.05

Estado de la cuestión

Reconozco que evitado escribir en estos últimos días. He estado descansando y, a la vez, sin parar de reflexionar, de divagar sobre muchas cosas, aunque evitando llegar a conclusiones finales. Puede que sea este el texto que oficialice de alguna forma mis deducciones, de ahí que haya prolongado por un tiempo este escrito-pensamiento. Tu recuerdo aviva en mi de una forma que casi no puedo expresarlo, sin embargo, recordarte me sigue produciendo un dolor que paraliza mi cuerpo levemente por segundos, como las sensaciones que entran cuando crees desfallecer, cuando notas que se te baja la tensión... algo así. Cada vez se manifiesta menos, pero lo hace. Comencé a trabajar, a soportar algunas de esas noches donde allá, en esa casi islita que conforma el chiringuito, alguna canción evoca nuestra historia, mientras yo te voy desechando entre nubes de humo y miradas de hombres de barra que pretenden saber algo más que mi nombre. Llegué a pensar si podía odiarte. No de forma justificada, sino como un torpe remedio a esta 'sinrazón'... y la verdad es que me cansa tanto el tema que el odio me supone un soberano esfuerzo a estas alturas.
Me sigue costando expresar todo esto, puede que por la manifestada en tantas ocasiones, complicación de esta historia. Pero soy consciente ahora de que si me cuesta ponerle palabras a mis sentimientos, es quizás porque queda poco que decir. Y eso es lo más triste de todo esto.
¿Olvido?¿Nostalgia?... No me abanderan ya. ¿Resignación?Sería como seguir dándole un "toque dulce" a la historia. Sencillamente, la mejor medicina que he podido probar contra "tus males" es no comentarte. Mis confidentes que tan bien me conocen, saben encontrar en mi mirada, el estado de la cuestión, sin necesidad de buscar un café edulcorado con preguntas... Así que ahora me voy a una terracita, a compartir un tintito de verano, a obviar lo obvio... a seguir adelante.