23.6.05

La ventana indiscreta

Mi vecina tenia una cita. Vino a verme horas antes del "evento", como toda mujer, un tanto nerviosa. Era un reencuentro y como tal, siempre existe una polvorienta nube de dudas sobre formas de actuar, consejos a seguir, ropa que ponerse y, cómo saludarle... "Déjate llevar", intenté decirle mientras nos bebíamos una cocacola llenita de hielos y mi idolatrado ventilador nos daba vida. En un principio, no tiene por qué parecer algo especial, sino fuera porque la participación contraria, la masculina, corresponde a mi compañero de clase. Ése con el que he estado todo el año literalmente "codo con codo", que hemos trabajado en equipo como delegada y subdelegado que somos, que nos hemos hecho nuestras confidencias y un tío que me parece desde la primera semana que le conocí lo más bonachón que puede uno encontrarse por la vida hoy día (lo cual no es poco!).
Sabía la hora de la cita, sabía el lugar, mi vecina vive frente a mi, en otro edificio, y divisaba desde la ventana de mi cocina su portal. Vamos!que sólo me faltaban las palomitas, desenchufar el ventilador querido de mi cuarto, enchufarlo en la cocina y ... esperar.
Faltaban 4 o 5 minutos para la hora señalada. Él apareció ... no sé por donde apareció, estaba buscando una buena posicion en la ventana, pero allí estaba, y antes de tiempo. Toque caballeroso, y de protocolo. Ella se hacía esperar (qué bien he enseñado a mi chica!!) unos minutillos. Él se encontraba frente al portal, ni muy lejos, ni muy cerca, se movía con indecisión, una pierna adelante, otra atrás... Los minutos se hacían eternos, hasta lo eran para mi (jo! vecina, tampoco hace falta retocarte tanto, si estabas ya monísima horas antes cuando apareciste en mi casa!!). Èl parecía no poder más: un escaparate ("mi salvación", pensó). Cruzó la calle y se puso a mirarlo. Yo no sé que interés puede tener un escaparate de una tienda de 20duros, más que nada porque para mi es algo caótico, un poco de horrovacui amontonado, sin orden ni lógica y sin incentivo alguno: sabes que todo vale 20duros (o valía). Y entonces apareció ella, tan "cuidadosamente desaliñada" como le dije. Mira a la izquierda, luego a la derecha y lo vé. Él ya estaba mirandola desde medio segundo antes y se aproximaba a su encuentro. A mi los nervios me podían (la besará?, la saludará solo?, se lanzará ella?...), me encaramaba a la ventana de tal manera que casi me salgo de ella, pero me retiré a una escuadriñada esquinita porque pensé que la inteligencia de mi vecina podía hacerle instintivamente, como otras veces, mirar hacia mi ventana. Pero no, en esos momentos, ellos solo estaban pensando en ese momento, os lo aseguro: se dieron dos besos (bueno...no esta nada mal... pongamos que era la alternativa más políticamente correcta) y avanzaron calle abajo, a perderse entre la avenida, luego entre el paseo marítimo... hasta que caiga la Luna (monumentalmente ciclópea esta noche).
Y yo me quedé alli unos segundos, viéndoles desaparecer, y me sentí feliz, tremendamente feliz, me sentí de alguna forma parte de aquello que no tiene nombre, que no es aún nada... Ohhh! espíritu trotaconventos!!! vuelve a tu choza!!! te esperan apuntes mil por repasar y mi último examen en menos de 24horas.
(Chicos, espero sepais perdonar mi "curiosidad"...)

21.6.05

La última primavera

Mañana será verano, creo que sobre las nueve menos cuarto. Mañana llegará la estación prometida, sobre la que derrame ilusiones sin que llegaran aún sus vaivenes de calor... Quedará atrás la primavera, con su jovial abrazo; la que sembró de flores mi yermo balcón, pero también una primavera que trajo la intensidad de una despedida, los sinsabores de tu ausencia, las llamadas marcadas, las contenidas... Recibí la Primavera en tus brazos, una noche de marzo, allá en Madrid, como los amantes mitológicos, pero Céfiro comenzó a soplar demasiado pronto, y poco a poco, se fue desvaneciendo tu presencia, y yo, en mí, afloraba el más puro de los sentimientos, ingenuo, tímido pero decidido, hasta que poco a poco, a medida que llegaba el siguiente solsticio la sequía (de tu voz, de tu titubeante presencia) se presentó y fue marchitando toda esta historia, tan bella, tan insólita, tan nuestra. Al igual que la tierra no ha vuelvo ver llover el cielo, no volví a tener noticias tuyas. Y mi corazón kárstico se quiebra recordando tus promesas, incumplidas, para este verano.
Espero que vuestros planes para la estival temporada se cumplan. Yo, por cuestiones del "guión", me veo obligada a cambiarlos: un chiringuito por curro, un manojo de amigos y media docena de libros me esperan. No era lo previsto, pero como diría Montesquieu "no hay sinsabores de la vida que no se curen con una hora de lectura". Y el verano te da muchas horas para tumbarte en la playa con un buen libro, amigos contandote el "tomate" del día y un trabajo que te incentive de alguna forma a olvidar... "las promesas que no valen nada" (Piratas).

19.6.05

Teoría del olvido

"Cuando puedas y quieras darme una razón para olvidarte... yo te daré tres."

17.6.05

Yo nunca he...

... sabido cómo llevar el estudio al día; dejándolo todo para el final, por la maldita costumbre que tengo de dar lo mejor de mí bajo presión.
... salido de España (Gibraltar no cuenta no?), por triste que parezca, es una cruda realidad que pesa sobre mis hombros y rasca en mi orgullo de recién Técnico ICT.
... entendido la envidia existente en este mundo, y mucho menos entre mujeres.
... sabido comprar en un baratillo.
... comprendido a aquellos que hacen justamente lo contrario de lo que dicen.
... prometido cosas que sé que pueden no cumplirse.
... dejado de creer aún en lo nuestro.
... probado las lentejas (hice mucho caso a mi abuela y su refrán de "si las comes bien y si no, las dejas").
... fumado un porro ("ampaaaro, es la verdá"). No he sentido la suficiente curiosidad...
... conducido sin destino alguno y parar para secarme las lágrimas... Se secaron antes, mientras seguía conduciendo, abrí la ventanilla y dejé de llorar.
... vivido en una casa sola, que no es lo mismo que vivir sola.
... sabido escuchar una sola canción, sin buscarle un sentido y dejar de verme reflejada en ella.
... he hecho el amor en lugares públicos (el coche no cuenta, el coche es mio y es privado; donde esté estacionado es otra cosa...)
... he trabajado con un amigo (hasta este próximo viernes, que comenzaré mi nuevo curro en un chiringuito)
... sabido escuchar la palabra Madrid sin que un escalofrío recorra mi cuerpo.


["...es así que todo vale todo y todo se termina, todo se termina...todo, menos vos...", Coti y la Venegas ]

15.6.05

Palabras de sal

Amigos que se destapan entre chapas de cervezas y tintos de verano. Divagar sobre amor, relaciones, sexo y pop: qué hacer con nuestra vida?por qué nos llevamos tanto tiempo diciendo lo que queremos hacer y al final todo queda en eso?o... por qué cuando encuentras a la persona adecuada, te sientes tan bien, todo va tan bien, pero te das cuenta que él/ella no esta sintiendo lo mismo?... Son charlas que me ha regalado esta tarde un amigo, tostándonos al sol, compartiendo bronceador... y, por desgracia, las mismas penas.

12.6.05

Amores de barra

En el momento más oportuno o inoportuno (no sé) le rechacé. Era de ojos azules, bebía cerveza y estaba estratégicamente situado en la barra del sitio que anoche cerramos después de compartir una botella del 'sr.pipers' (bendito seas) con varios amigos y de reincidir en mis dotes de relaciones públicas del grupo para conseguir un módico descuento en el precio de las entradas. Todo estaba yendo bien. Para empezar porque pensé que todo lo acumulado podía acelerar las fases de la borrachera desembocando en un mar de lágrimas, pero me mantuvo a raya los 'monstruos' de mis amigos que saben ir a su rollo sin dejar de buscarme la sonrisa. Y todo iba bien porque estrenaba unos zapatos rosas nuevos, monísimos, y no me dolían. Pero cuando me acerqué a la barra a hacer uso de mi consumición unos brazos redujeron mi espacio para pedir un pipers-cola. Y allí me quedé puede que treinta, cuarenta minutos, una hora y media: él desplegaba todas sus tácticas que parecían sacadas de manual, pero conjugado con dotes de perfectísimo ejemplar de la idiosincracia gaditana. Yo, que me percataba de todo, le dejaba hacer, aunque sin darle su currado "trofeo". La torpeza de reflejos, fruto de mis pipers, casi acaba en un beso, pero con un rápido amago sacado de manual, se quedó todo en otro intento... Y me acordé de ti, de tus ojos marrones e infinitos, comprendí que nunca podría durar un asalto con esa mirada. Y los brazos que me estaban agarrando se me clavaban en aquella parte de mi cuerpo que tocaban. Entonces hice lo que mejor consideré: besarle. Sin sentimiento, sin juego de por medio, sin cosquilleo hormonal causa/efecto del alcohol, le besé sin labios, le besé para que entendiera que la partida acabó, que podía irse, le besé porque no tenía palabras, porque no tenía voz... Y cuando por fin captó el mensaje, le miré, sonreí forzadamente, cogí mi bolso, y me fuí para casa.

10.6.05

Hoy

Hoy, hoy es el momento de cumplir con todas mis promesas, porque ayer no lo hice, porque mañana es tarde. Hoy precisamente que cesa el levante, que llega el fin de semana con pronósticos reservados, hoy que puedo prescindir de mi dósis de amoxicilina, que llega la vecina de isbhiliya, y que la charra no necesita de ese bálsamo que solía prepararle...
Hoy sí.

8.6.05

Aniversario

Un mes. Reconozco que me cuesta darme cuenta de esta realidad tan tajante. Me pregunto cuántas veces te habrás preguntado por mí durante todo este tiempo, o peor aún, si te habrás hecho esa pregunta. Esto de saber una verdad a medias me sigue hinchando el corazon, de ver que finalmente la hipocresía de la vida me abofetea y me muestra nuestros caminos diferentes, algo que lo que yo llegué a creer que podiamos safarnos... Te echo tremendamente de menos, ya no tus labios, ni tu mirada desnudándome, ni el ritmo con el que paseabamos por las calles, entrelazados... echo de menos tu voz, echo de menos ser "tu niña", echo de menos las palabras escritas con destinatario "yo"... quizás eche de menos lo más insignificante de ti, pero hasta eso, no ha pasado desapercibido por mi. Ahora veo reflejado el mes de julio, con un post de "2meses"... y luego será octubre con otro post?y me acordaré de tu cumpleaños en noviembre, pero antes lloraré por dentro y en silencio no haber pasado ni una noche de agosto bajo tus brazos, los cambiaré por amigos, por mi vecina brindando con nuestro gaitero y complices de tristes sonrisas enjugadas en labios de humo, y me dejaré caer en otros brazos si se presta la ocasión, y me volveré a bañar desnuda en la playa, imaginando en oscuras olas lo que hubiese podido ser y no será... Y llegaré descalza a mi casa, con el sol y los zapatos en una mano, me acostaré y... seguirán los días, y las semanas, y un nuevo mes se sumará a esta cuenta infinita y dolorosa, hasta que me olvide de ti, hasta que no me duelan las horas, hasta que pueda mirar sin rencor a mi movil y abrir mi correo sin miedo, hasta que la esperanza se me derrita como el hielo, allí, en la plaza, rodeada de tantos y yo, buscando tu mirada en el fondo del vaso, decida que ya es tiempo de asumir.

5.6.05

Piscimientos


"Yo soñaba con hacer grandes cosas en la vida...
pero nadie me despertó".-

3.6.05

Dósis de escape

Uy, qué fría! (esto seguido del gesto de echar unos pasitos hacia atrás). Titubeo. Pero avanzo, el agua sube por mis tobillos, una ola llega, alcanza mis rodillas... continuo mi camino, miro hacia abajo, intento ver el suelo entre la espuma de mar, los remolinos de la arena que mis pies producen con su dudoso andar y las escasas algas buceadoras de océanos... Pero hoy esta "clarita", casi puedo verme los dedos de los pies... Continuo, y el nivel alcanza momentos críticos, va por mis caderas, danzo con las olas, una revolotea e intenta sabotearme el recorrido sistemático de pies a cabeza, quiere mojarme por completa, pero salto....y en la caída, el contacto de ese frescor en mi tripa, eriza mi piel y la carne se torna "de gallina"... Es entonces cuando no puedo soportar tanto "sufrimiento" y me lanzo, me sumergo, caigo como un ancla, cierro los ojos al tiempo que cojo aire, contraigo musculos... me estremezco: caigo en brazos del oceáno. En unos segundos, salgo a su superficie, tomo aire, dejo caer lentamente mi cuerpo, me mecen las olas, el sol calienta mi rostro refrescado, mis ojos siguen cerrados... Respiro de nuevo, más hondo, hace que flote más... Pienso en este placer, disfrutado por muchos, desaprovechado por muchós más, idolatrado por tantos otros. Es un escena que he hecho en esta temporada que comienza unas seis o siete veces ya (pocas pienso, a veces el frío me pudo) y me pregunto cuántas más le seguirán... Sigo divagando mientras el mar me arrastra... (no tanto como para llegar a una isla desierta, pero me arrastra...) Y, de repente, me acuerdo de ti. Dejo la posición y comienzo a nadar con dirección a la orilla, salgo de sus brazos... Me seco con mi toalla, me visto y subo a seguir con el temita de antropología. No tengo otra cosa que hacer.

1.6.05

Kilometros II



Hay una imagen que mi mente recoge de forma espontánea y me la imprime repetidas veces, como si entre todas las bolitas de un bombo de loteria, siempre saliese el mismo número... Algo así. La cuestión es que dicho recuerdo (puesto que fue real) no guarda importancia alguna para mi, ni siquiera tenía diálogo, solo... música, colores, formas, movimiento. Una calle muy larga que supuestamente cogió para acortar camino (vaya controversia), un coloso que dejabamos a nuestra espalda que había ardido hacía apenas un mes. Se tarareaba una canción, yo la comencé, sin venir a cuento, tú me seguiste, te la sabias. No le veía el fin a la calle (estas cosas no existen en mi ciudad), mientras no parecía inmutarte la odisea caminante.

Se parece a un sueño, cuando recién levantados, nos acordamos de él, y empezamos a unir cabos, cabos que son imagenes cortas, sueltas... Y luego queremos darle un sentido. Esto no fue un sueño, ocurrío. Y sucedió junto otros miles de recuerdos que podrían calificarse de "más importantes", este no contenía una mirada, ni un beso, ni mi vena romántica es capaz de sacarle un poema, ni siquiera eché una foto por la maldita larga calle... Pero, la sobriedad del momento, el silencio (solo adulterado por una torpe melodía, tarareada con desafino), el olor a seco... es una instantánea que he recordado casi tantas veces como las tantas otras bellas postales de nuestra historia.