24.5.06

Piscimientos

A veces apagada, otras tan encendida que irradio destellos... De una sonrisa, de la nada más incongruente, de una mirada que se encuentra con otra, y el vaso vuelve a estar lleno.
¿Estamos condenados a esperar palabras para que surjan hechos?¿Actuamos a veces con hechos que preferimos no explicar con palabras?
He culpado a mi debilidad, a un equilibrio imposible, a un contraste perenne... La vulnerabilidad como pasaporte en noches que no tienen ni nombre ni apellidos. El caso es que cada vez que pasa, siento que se presenta otra oportunidad la cual se desvanece en segundos, pero que me hace continuar por inercia en la carrera por un triunfo donde no me interesa el premio.

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